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Una super tormenta espacial podría dañar satélites durante diez años

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Una gran tormenta solar no sólo dañaría infraestructuras terrestres, además podría dejar una radiación latente que interferiría con el funcionamiento de los satélites durante años.

Cuando el sol expulsa una enorme nube de partículas cargadas hacia la Tierra, puede dañar nuestra red eléctrica y “freír” la electrónica de los satélites. Pero eso no es todo. Nuevos cálculos sugieren que una súper tormenta solar podría crear un problema de radiación en la órbita va de la Tierra, deshabilitando los satélites durante una década.

Esto sería posible si se destruye la barrera natural contra la radiación (partículas cargadas) que rodea la Tierra a una distancia de 4 veces el radio terrestre (unos 6350 kilómetros).

Imagen: Robert Postma/First Flight/Getty

La densidad del plasma de esta barrera impide la formación de ondas electromagnéticas, que de otra forma, acelerarían los electrones a altas velocidades convirtiéndolos en una forma de radiación. Esto limita la cantidad de radiación en el interior de los cinturones de radiación que rodea la Tierra.

Pero algunas explosiones solares pueden erosionar la barrera. En octubre de 2003, un gran estallido solar, empujó esta nube a una distancia de la Tierra de dos veces su radio. Y una repetición de la increíble explosión solar de 1859 (se espera algo similar en el futuro), podría reducir casi completamente esta nube.

Shprits Yuri de la Universidad de California lideró un equipo que simula como una tormenta de estas características podría afectar a la radiación en torno a nuestro planeta.
Los científicos encontraron que, en ausencia de la nube, las ondas electromagnéticas aceleraron un gran número de electrones de alta velocidad en el cinturón de radiación interior de la Tierra, provocando un enorme aumento de la misma. El cinturón interior de radiación es más denso a 3000 kilómetros sobre el ecuador de la Tierra, más arriba que la órbita baja terrestre. Pero este cinturón se hace notar más en regiones de alta latitud, por lo que los satélites artificiales se colocan en la órbita baja lejos de los polos.

La velocidad de los electrones causa la acumulación de carga eléctrica en la electrónica de los satélites, lo que puede provocar la generación de chispas y daños en el hardware. Aumentar el número de electrones, supone acortar drásticamente la vida útil de un satélite, según los datos del equipo de investigadores.

Los investigadores dicen que la radiación destructiva podría permanecer mucho tiempo, en torno a las líneas del campo magnético de la Tierra. En 1962, una prueba nuclear de EE.UU. realizada en el espacio inundo de radiación la órbita baja de la Tierra, perdurando más de una década y estropeando varios satélites durante ese tiempo.

“Cuando esta radiación esta tan cerca de la órbita baja, esta tiende a ser muy persistente y duradera”, según Ian Mann de la Universidad de Alberta en Edmonton, Canadá, quien no participó en el estudio.

“Una capa de metal más grueso a modo de blindaje, ayudaría a preservar la electrónica de los satélites”, comentó Shprits. Pero este tipo de radiación también segura siendo peligroso para los astronautas y la propia Estación Espacial Internacional.

Fuente: Newscientist

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