El telescopio espacial Herschel de la ESA ha descubierto que las galaxias no necesitan chocar entre sí para desencadenar el proceso de formación de estrellas. Estos resultados derrocan una antigua hipótesis y describen un proceso de evolución mucho más majestuoso.
Este descubrimiento está basado en las observaciones realizadas por Herschel en dos regiones del firmamento, cada una de un tamaño aparente equivalente a un tercio de la Luna llena.
Es como observar la historia del Universo a través del agujero de una cerradura – Herschel ha estudiado más de mil galaxias, cada vez más distantes, recorriendo un 80% de la historia del cosmos.
Herschel es capaz de analizar un amplio rango de frecuencias de la radiación infrarroja, lo que le permite estudiar el proceso de formación de las estrellas con un nivel de detalle sin precedentes.
Hace años que se sabe que la tasa de formación de estrellas experimentó un gran pico en las primeras fases del Universo, hace unos 10 mil millones de años. Por aquel entonces, algunas galaxias estaban formando estrellas a un ritmo de diez a cien veces mayor al que se puede observar en nuestra galaxia hoy en día.
En el Universo actual, estas tasas de formación de estrellas son poco habituales, y siempre parecían estar relacionadas con una colisión entre galaxias, por lo que los científicos supusieron que siempre había sido así.
Al estudiar galaxias muy lejanas, cuya luz comenzó a surcar el firmamento hace miles de millones de años, Herschel ha podido demostrar que esta hipótesis era errónea.
David Elbaz y sus colaboradores de CEA Saclay, Francia, han analizado los datos generados por Herschel y han llegado a la conclusión de que las colisiones entre galaxias sólo jugaron un pequeño papel en la evolución del Universo primitivo, a pesar de que algunas de las galaxias más jóvenes estaban formando estrellas a un ritmo vertiginoso.
Al comparar la cantidad de radiación infrarroja emitida por estas galaxias en distintas longitudes de onda, el equipo de investigadores ha podido demostrar que la tasa de formación de estrellas sólo depende de la cantidad de gas almacenado en la galaxia, independientemente de las colisiones que ésta sufra.
El gas es la materia prima para la formación de nuevas estrellas. Los resultados de esta investigación permiten enunciar una sencilla relación: cuanto más gas contenga una galaxia, más estrellas formará.
GOODS-Sur, visto por Herschel
“Las colisiones sólo juegan un papel decisivo en aquellas galaxias que todavía no albergan una gran cantidad de gas, aportando el material necesario para desencadenar altas tasas de formación de estrellas”, aclara Elbaz.
Esto es lo que se puede observar en las galaxias de hoy en día, que tras haber estado formando estrellas durante más de 10 mil millones de años, han agotado la mayor parte de sus reservas gaseosas.
Esta investigación ofrece una explicación mucho más majestuosa para el proceso de formación de las estrellas, según la cual la mayor parte de las galaxias van creciendo de forma lenta y natural a partir del gas que atraen de sus alrededores.
“Herschel fue diseñado para estudiar el proceso de formación de las estrellas a lo largo de la historia cósmica”, aclara Göran Pilbratt, Científico del Proyecto Herschel para la ESA.
“Estos nuevos resultados cambian por completo nuestra percepción de la historia del Universo”.
Fuente: ESA