El hospital Vall d’Hebron (Barcelona) es el primer centro de Europa que utiliza el robot Da Vinci en cirugÃa pediátrica. Se ha utilizado ya con cinco chicos de 6 a 12 años. La primera intervención se ha practicado a una niña a la que se le extrajo un tumor de ovario. A otros dos se les extirpó la vesÃcula y el bazo.
El robot fue creado por la NASA para trabajar en situación de ingravidez. En otros hospitales, este modelo ha permitido intervenir a adultos, sobre todo en el campo de la ginecologÃa y la urologÃa. En España, se usa ya en centros públicos y privados como La Fe de Valencia, el Virgen del RocÃo en Sevilla, el ClÃnico de Madrid y la Fundación Puigvert de Barcelona. Sin embargo, Vall d’Hebrón ha sido el primero de Europa que lo ha usado en niños.
Da Vinci utiliza la técnica de laparoscopia. Tiene cuatro brazos, uno de ellos con dos cámaras. Su señal llega a una pantalla en la que el cirujano se sumerge para ver en tres dimensiones la zona en la que está operando. Sentado en una silla, el especialista dirige los brazos del robot presionando botones y pedales de una consola. Para extraer órganos, se practica una pequeña incisión en el ombligo del paciente.
A diferencia de la cirugÃa convencional, “el robot permite una mayor precisión y, por lo tanto, ser menos invasivos”, afirma Vicente MartÃnez, director de procesos quirúrgicos del hospital. Su facilidad de maniobra es muy superior a la de la mano humana. Por ejemplo, permite seccionar el tejido realizando precisos giros de 360 grados, y realizar suturas que serÃan muy complicadas. Además, la máquina elimina la vibración del pulso del especialista, añade MartÃnez. “En operaciones de próstata se han reducido las complicaciones a la mitad”, especifica.
Como la intervención es menos agresiva, se reduce el posoperatorio. La niña a la que se le extrajo el tumor del ovario recibió el alta 36 horas después. Con otras técnicas, el posoperatorio se alarga entre tres y cinco dÃas. “Esperamos aplicarlo a intervenciones más complicadas, como la cirugÃa torácica”, avanzó MartÃnez.
Fuente: El Pais